lunes, 29 de junio de 2009

Chasqui


Dice que a la carta mía
le costó trabajo leerla,
y que para comprenderla
deletreó medio día.
Que hay faltas de ortografía
puestas como de intención;
como si la puntuación
para Castro no existiera,
parece ser que escribiera
sin sentido de expresión.


Recuerde, doctor Agüero,
Ud, era mozo estudiante,
yo sólo era en ese instante
un muchachito boyero,
mientras Ud. con esmero
estudiaba de abogao,
yo le cuidaba el ganao
rondando entre los cardales,
supe las cinco vocales
cuando ya era un hombre casao.


Mientras que Ud, maravilla,
estudiaba todo el año,
libros de todo tamaño
útiles como semilla,
yo no tuve una cartilla
en mi edad de colegial;
y cuando surgió triunfal
su talento de gran hombre,
yo aprendí a poner mi nombre
con la impresión digital.


Conozco sus gestos buenos,
este amigo así lo entiende,
que su amistad no depende
de una letra más o menos,
sus reproches son amenos
y afectuosos para mí;
más de una vez sonreí
por sus cariñosas bromas:
Castro, me debe seis comas
y diez puntitos de "i".


Hay cosas que me enjareta
y que las inventa usted,
como en donde dice que,
escribí sauce con "z".
Eso es una jugarreta
aunque también le diré,
que a veces me equivoqué,
justo es que se lo confiese:
de que hay palabras con "s"
que las escribo con "c".


Dice como de remache
que lo más extraordinario,
es de que a mi abecedario,
se le ha desertao la "h".
Amigo, aunque usted me tache
que escriba "h" es casual;
yo las dejo en el morral
pa que otros hagan consumo,
escribo así "ombre" y "umo"
y me comprenden igual.


Por sus cartas no lo dudo
que es sabio en ortografía,
pero en su caligrafía
cada letra es como un ñudo,
nos cuesta un trabajo rudo
cuando nos llega a escribir;
pa poderlas discernir
las leemos y las releemos,
y ocasiones no entendemos
que es lo que quiere decir.


Pues de la mesma manera
que Ud. no me entiende a mí,
no le entendemos aquí
sus letras de enredadera;
lo que me extraña de veras
es que todo un abogao
se asombre que a un pión de arao
rural como la gramilla
se le empaque una comilla
y un "h" se le haya alzao.


Yo no conozco el acento
ni puntualizo la "i",
pero en la vida aprendí
trabajos de rendimiento.
Sacar de una lonja un tiento
como tejer un botón,
y del potro cimarrón
hacer caballo de silla,
trabajar una presilla
y terminar un cinchón.


Aprendí de una mirada
comprar una hacienda al corte,
dividir por el aporte
el consuma y la invernada,
a contar una majada
en la puerta de un corral;
que Ud., que es profesional,
con más letras que una imprenta
apuesto que no las cuenta
sin confundir el total.


Ud. se siente un portento
y critica mi modismo,
porque sabe el mecanismo
de coma, punto y acento;
yo puse todo mi intento
en la siempre y el ganao,
la natura me ha dotao
de una argentina mollera,
que puedo ser donde quiera
más productor que un letrao.


Ahí le mando, amigo Agüero,
haches y puntos por cientos,
y más comillas y acentos
que maíces tiene un granero,
como van demás, espero
que las que sobran, doctor,
me las mande sin temor
porque ando con los asuntos
de unas haches y unos puntos
que le debo a otro escritor.



Me llaman... El Payador



Muy buenas y con licencia,
y que el Creador los bendiga;
y vaya esta mano amiga
pa toda la concurrencia.
Sépanle guardar paciencia
a este humilde servidor,
que de puro versiador
va a florearse en un apronte:
¡Yo soy de la Guardia 'el Monte!
Me llaman... ¡el Payador!

¡Payador!... Una pavada
que a veces nos da la pampa;
un chingolo en una guampa
saludando una alborada.
¡Un payador!... casi nada,
más bien decir, un agravio;
un pobre gaucho...resabio
de nuestra estirpe bizarra:
¡el trinar de una guitarra
y un cantar a flor de labio!

Les he pedido un barato
pa'hacerles un relanceo,
y en pago de mi apreceo
les viá brindar mi retrato.
Moreno, sin ser mulato,
bien apegao al pellejo,
sin ser joven, no soy viejo;
medio charcón... a lo pampa;
¡vamos a ver si a esta estampa
le sacan lo desparejo!

Mesmo que un mozo pueblero
me gusta andar bien trajeao,
y si ando ansina empilchao
será... porque me da el cuero.
Pa'que hablarles de mi apero...
ni mencionarlo siquiera;
cualquier cosa... una zoncera,
y de yapa un mancarrón
que de puro regalón
no me perdió una carrera...

Ansí nomás no me entrego
en los brazos de un querer:
la conozco a la mujer
y les he calao el juego.
Le tengo al trabajo apego
pero prefiero cuerpearlo,
más bien decir... agarrarlo
estando medio acabao...
¡Será que nací cansao!...
¡Nunca dentré a averiguarlo!

No soy de ningún partido
aunque esto a alguno le asombre;
le respondí sólo a un hombre...
¡no sé si me han comprendido!
Soy un poquito atrevido
pa'l naipe y el beberaje,
y no es pa'templar coraje
pues nunca conocí el chucho:
¡no pregunto si son muchos
sino ande queda el paraje!

Me gusta jugarme entero
cuando la razón me suebra,
y aún no se ha hecho la hebra
con que han de zurcirme el cuero.
Trato de ser ventajero
con el que es mal pegador;
nunca he sido sobrador
ni me gasto en el apronte:
¡Yo soy de la Guardia 'el Monte!
Me llaman... ¡el Payador!...

Chumbeos


Para los que despotrican,
sin razones valederas,
de las costumbres camperas
y de quienes las practican;
para aquellos que predican
tamañas temeridades
sin otras finalidades
que aminorar al nativo,
estas décimas escribo
y en ellas... cuatro verdades.

Verdades que, como un reto,
han de estar a flor de labios
para castigar agravios
a quien nos falte el respeto.
Y si a redentor me meto
será porque me imagino
poder seguir mi camino
de nuestro inicial glorioso,
porque me siento orgulloso
de haber nacido argentino.

Y pampa...porque en mis venas
corre sangre de aborigen;
de aquellos que no transigen
ni los engrillan cadenas.
De aquellos que en las arenas
de nuestros patrios senderos
fueron dejando regueros
de sangre emancipadora;
sangre criolla, vencedora
en más de cien entreveros.

De aquellos que no quisieron
nada en concepto de guerra:
ni aún el palmo de tierra
del lugar donde nacieron.
De aquellos que no tuvieron
más ley que su autoridad,
que es suprema voluntad
de nuestra soberanía;
despreciar la tiranía
es amar la libertad.

De los que luego plantaron
el primer poste esquinero;
los que de un nido de hornero
su patio rancho imitaron.
Los que más tarde regaron
con el sudor de su frente
el noble surco... imponente
tajo de fecundidad.
Quien va a la posteridad
no resbala en la pendiente.

De aquellos que resereando,
curtidos de soledad,
ganaron la inmensidad
tranqueando, siempre tranqueando.
De los que fueron paseando
sobre la vasta llanura
su romántica figura
cara al sol... siempre de frente,
como el más fiel exponente
de nuestra raza futura.

De esa extirpe de varones
con que nos legó el destino,
de ésos soy yo... Argentino,
pampa sin claudicaciones.
Si en algunas ocasiones
es áspero mi lenguaje,
es reacción contra el ultraje
que se pretende inferir
al tratar de confundir
criollismo con compadraje.

Argentino por derecho,
por ley y por tradición;
íntima satisfacción
que me está golpeando el pecho.
Argentino por derecho,
por ley, por razón de herencia;
argentino por decencia,
que es patrimonio del hombre,
y lo juro por mi nombre:
¡Argentino por conciencia!

viernes, 26 de junio de 2009

Al hombre bueno



Riegue siempre la esperanza
pa que no pierda el verdor
y no le afloje al dolor
ni a los corcovos del potro;
trabaja menos que el otro
el buey que es más tirador.

Cuando tenga que agarrar
por el rumbo que eligió
con pacencia sigaló,
siempre con fe y voluntad;
el que no sabe ande va
no sabe porqué partió.

El hombre de voluntad
no se entrega por cansau,
queda en todo campo arau
ande un surco más abrir;
yo escarbo en el porvenir
y le echo tierra al pasao.

Trase limpia rastrillada
de su vida en el sendero;
no anda en senda de cuatrero
el hombre trabajador;
pues a caballo andador
jamás se escapa un matrero.

Al corazón no se engaña
cuando algún dolor lo estruja
y si una lágrima empuja
querer mentirle consuelo;
es como borrarle al suelo
las sombras que el sol dibuja.

Es engañarse llorar
una mentida aflicción,
lo que manda el corazón
uno a veces lo ignora;
sólo sabe porqué llora
el que llora con razón.

Y el que nació pa cantar
por todo, su voz levanta
llorando su pena canta
aunque le duela la voz;
por algo le puso Dios
un pájaro en la garganta.

Busque el que quiera brillar
rodearse en lo que da brillo,
sin alas no canta el grillo
y ande no hay mburucuyá,
jamás pinta el mangangá
su cacunda de amarillo.

El hombre debe creer
especialmente en sí mismo,
degoyarse el egoísmo
y todo mal proceder;
y adulón de naides ser
que es lepra del servilismo.

Pobre es aquél que tiene
poca personalidad;
la ignorancia y su maldad
carcome como el herrumbre,
yo uso por propia costumbre
a mi modo el chiripá.

Conozco al que habla conmigo
apenas la boca abre,
y el que hiere de palabra
por más que lo oculte bien,
hiere con armas también
si la ocasión se le cuadra.

Yo abro la boca tan solo
pa perdonar y cantar
y he podido comprobar
oserbando a la pasada:
que una lengua muy usada
se afila y puede cortar...

Buey bueno pa pertiguero
siempre del pértigo tira
el cree en todo y no mira
y oservando no sabrá,
que vestida de verdad
es más mala la mentira.

La envidia es pájaro triste
que el alma suele anidar,
es graznido su cantar
vive en maligno deseo;
cuando un envidioso veo
siento ganas de llorar.

El hombre debe saber
ensillar con su recao
y el que nunca ha trabajao
si lo dejan conversar
habla de "hacer trabajar"
pero se queda sentao.

La mano que da ha de ser
la mano del sabio Nazareno;
se da también un veneno
sin saber que va a dañar
hacer bien no es dar y dar
eso es no más que ser bueno.

Derrama hasta el hombre uraño
almíbar en sus amores
hay cien pájaros cantaros
que siempre tristes se ven
y las espinas también
protejen nidos y flores

Muy pocos son los que dan,
muchos muerden de lo ajeno;
hubo un solo Nazareno
y mil gusanos por ave
y quien no hace bien no sabe
qué cosa linda es ser bueno.



Pida Patrón!



Pida patrón, no es un canto;
pida patrón es un grito!
Dolor simplemente escrito
que pudo bien ser un llanto.
Rabia , pasión , desencanto
sangrante rima que hayo,
cruda sentencia que fallo
para el que pobre o no pobre
por un puñado de cobres
condene a muerte a un caballo.

Pida patrón lo que quiera:
pida el galope mas grande,
pida el aliento mas largo
pero no venda mi carne.

Pida que nade los ríos,
que cruce todos los valles,
que me deshaga en las sierras
pero no venda mi carne.

Pida que embista en mi pecho
las lanzas que embistió antes,
pida que vuele en pedazos
bajo el rugir del combate.

Pida que enriede en mis crines
la muerte que anda en el aire,
pida que caiga envarado
ahogando el relincho en sangre,
pida que agote mis fuerzas
cuando en la paz cinche y are
para trillar los veranos
maduros en los trigales.

Pida que seque las ubres
de las yeguadas que paren,
aunque apure los potrillos
y asi los cristianos mamen.

Pídame bota de potro
que por mi muerte le nacen,
para salvar en la muerte
la tradición del gauchaje.
Pida todo lo que quiera:
del escudo desterrarme,
cinchar las cosas más pobres
basta que cien orientales
sufrir sórdido desdén...
pero no venda mi carne.

Olvide que hice en mi lomo
 la patria con los grandes,
pida todo lo que quiera
¡pero no venda mi carne!

jueves, 25 de junio de 2009

Mi gaucha




Tengo una gaucha ¡gran siete!
dulce como remolacha,
y aunque no es una muchacha
levanta como el copete,
a veces se empolva al cuete,
y de la pintura abusa,
y moños y cintas usa
en la ropa y la cabeza,
ella se cree una belleza
y es fea como lechuza.

Chillona es como chicharra,
porque es demasiado sorda
y es más bien flaca que gorda
y parece un bicho 'e parra,
a veces se despatarra
haciéndose la mimosa,
y como gata rabiosa
encoge el lomo y lomea
y toda se babosea
como ternera viciosa.

¡Ahijuna!, vieja emperrada,
está en que yo la mantenga
y se hace la chancha renga
si la echo por dejada.
Canta con voz destemplada
y suelta al aire su crin,
sin imaginar el fin
que tendrá su zafarrancho;
no sabe que a cada chancho
le llega su San Martín.

La otra tarde la dejé
sola por ver lo que hacía.
Y a la guasa gaucha mía
muy borracha la encontré,
entonces le pregunté
al verla que estaba muda,
si quería un té de ruda
para limpiar su intestino,
y me dijo: "Dame vino
porque a curarme me ayuda".

Mi poncho tucumano


En el rodar errabundo
con que mi vida desgrano,
tengo un poncho tucumano
como no hay dos en el mundo;
ostenta el brillo profundo
de un poema evocador,
y es a su dulce calor
que ha consagrao el destino
mi arrogancia de Argentino
y mi sueño de cantor.

Quién sabe qué de añoranzas
palpitan en él despiertas,
con mis ambiciones muertas
y mis muertas esperanzas;
él sabe las asechanzas
que he sufrido, y los dolores,
y luce de mis amores
las pinceladas felices,
¡lo mismo que cicatrices
de citas, besos y flores!

Todo el doloroso arcano
de mi juventud palpita,
en la leyenda bendita
de mi poncho tucumano:
¡fue, y en decirlo me afano,
joya y abrigo en mi techo,
almohada para mi lecho,
pendón para mi moharra,
funda para mi guitarra
y escudo para mi pecho!

Aunque es su aspecto sencillo
por sus guapezas gloriosas,
¡luce cribas como rosas
dibujadas a cuchillo!
Un aborigen caudillo
me lo brindó cierto día,
y es por eso que en la guía
de su tejido parece,
que el alma indiana florece
y evoca la raza mía.

Cuando con voz conmovida
mis viejas nostalgias troncho,
parece que me habla el poncho
de mi mocedad florida;
ante él reocbra mi vida
sus dulces evocaciones,
y al medir las decepciones
que hacen pesada mi cruz,
son como abejas de luz
en sus flecos mis canciones.

Por eso cuando me aleje
y mi alma meditabunda
de la luz con que hoy inunda,
el postrer rayo refleje,
ansío que se me deje
besar su tejido indiano
y cuando mi cuerpo humano
yazga en la fúnebre caja
que se cosa mi mortaja
con mi poncho tucumano.

Viejo poncho sanjuanino


Viejo poncho sanjuanino,
a mi destino ligau,
Cuántas veces me has tapau
a lo largo del camino...!
Viejo poncho sanjuanino
que en mis andanzas de arriero
juiste el fiel aparcero
de mis dichas y dolores,
y amparo de mis amores
con la chinita que quiero.

Viejo poncho sanjuanino,
refugio de mi osamenta
cuando azota la tormenta
al alto poniente andino.
Andariego y peregrino,
viejo poncho como yo,
Cuántas veces te cortó
la daga del entrevero
y cuántas el aguacero
sobre tus pliegues lloró!

Te tienen por montonero,
viejo poncho sanjuanino,
pero ante sos argentino,
tradicional, guerrillero...
Vos venís de un entrevero,
hecho a tambor y clarín,
vos conociste el confín
romántico del Perú;
Ya te llevaba en Maipú
Don José de San Martín!

La historia de mi pasau
en tu vejez se resume;
a mí el tiempo me consume
y a vos te tiene olvidau...
Viejo poncho que ha rodau
unido siempre a mi suerte...
Cuando mi osamenta inerte
descanse al fin de la vida,
estarás pilcha querida,
cubriéndome hasta la muerte.


Romance de los caballos



Quiero llenar mi vaso hasta los topes
este vaso es chambau por que es de guampa
para llegar de lejos a la pampa,
y cantarle al caballo y sus galopes.

Antes que canten los agrestes gallos
quiero elevar sincero y conmovido,
este canto de amor agradecido:
mi romance de todos los caballos.

A los baguales criollos, de azarosa
historia de fortín y tolderías,
hijos de aquellos que en lejanos días
nos dejara don Pedro de Mendoza.

Fui jinete de espuela y guardamonte
y le pago mí deuda al compañero:
al picazo, al lobuna, al estrellero
al de la selva virgen y al del monte.

Porque soy una crianza de capayos
con la leche robusta de la sierra,
le debía a los gauchos de mi tierra
el romance de todos sus caballos.

Le debía este maíz americano
y esta mata de pasto jachallero,
al gatiau de mi padre y al overo
y al petiso rosillo de mi hermano.

A la torda de chasca cimbriadora,
al oscuro tapau y a la picaza:
y a la vieja madrina, a su cachaza
en la tarde que muere y en la aurora

Le debía este canto a las distancias
al jagüel, a la legua, al pastoreo...;
al mansero de ronda en los rodeos
y al nochero de todas las estancias.

Le adeudaba un responso, don Segundo
a la sombra del suyo en La Blanquiada
y a su crudo trajítn de reseriada
por las pampas más lindas de este mundo.

Debe alcanzar sonoridad de bronce
este canto legüero de cencerros.
Pa' mentarle su moro al Martín Fierro
y al patas blancas de Ciriaco Ponce.

Y si es más dulce el canto cuando llega
la triste noche a envolver la pampa,
quiero evocar, por fin, la noble estampa
del alazán tostau de Santos Vega.


miércoles, 24 de junio de 2009

El Indio


Bajo de un coposo pino
de corpulenta figura
que desafiaba la altura
a lo largo del camino,
había un indio genuino
sumido en sus reflexiones,
émulo de esos varones
de cuerpo fuerte y derecho,
que parece que en el pecho
tuviesen dos corazones.

Con las manos apoyadas
sobre el carrillo cobrizo,
los ojos mirando el piso
y las pestañas mojadas,
pensaba en horas pasadas
que el hondo pensar enlaza,
y una lechuza que pasa
lanza un graznido lúgubre
como un velo que descubre
el sepulcro de una raza.

Y ante el graznido del ave
yergue su figura altiva
que supersticiosa priva
salir del problema grave;
llora, siente, piensa, sabe
aquel indio patriotero
que ya no es el montonero
que peleo fuerte en la guerra,
sino el último en su tierra
después de ser el primero.

Mira entonces la llanura
que en silencio dormitaba
y ante sus ojos estaba
trágica, fría y obscura
despierta en él la bravura
y lo mismo que una fiera,
que lucha y se desespera
cuando al cachorro castigan,
las iras al indio obligan
y gritó de esta manera:

-"Lleno de odio y de rabia,
patria desagradecida,
dejo esta queja esculpida
sobre el pendón de tu savia;
tu falso progreso agravia
mi libertad de varón
yo que por tu pabellón
sentí en el pecho y el lomo
los latigazos del plomo
de la civilización.

Yo que pelié frente a frente
defendiendo tu terruño
con las potencias del puño,
que tiene todo valiente,
sentí mi sangre caliente,
derramarse a borbotones,
y en distintas direcciones
dejé con mi sangre huella
y están marcados en ella
tus sables y tus cañones.

Y después del sacrificio
hecho con toda pujanza
sin tener otra esperanza
que tu propio beneficio,
ando sin rancho ni oficio,
despreciado sin razón,
sin tener un mancarrón
ni una miserable oveja,
porque no hay ley que proteja
los hijos de mi nación.

El rancho que yo tenía,
con mis ovejas y vacas,
lo hallé rodeado de estacas
y un cerco lo dividía;
me encontré con que vivía
allí un señor estanciero
que como él era extranjero,
no puso por vos el pecho,
y me ha quitao sin derecho
lo que fue mío primero.

El día que regresé
no encontré china ni nada,
porque era fiscalizada
la tierra que yo poblé;
en vano les reclamé
derecho de poblador,
puso la ley su rigor
y yo sin plata y rabioso,
fuí a parar a un calabozo
por malo y acusador.”

Aquel altivo guerrero,
después que pasó la guerra
recién al pensar se aterra
porque vió lo verdadero
al ver que tan altanero
peleó por su patria fiel,
y no había otro laurel
para su sien de argentino,
que llorar bajo de un pino
de un campo que no era de él.

miércoles, 17 de junio de 2009

Vistiando

(Foto: René Burri)
Las postrimerías tintas de una tarde
monótona en brochazos rojos sangre,
propician un ensayo belicoso:
un facón en las manos de un "mocoso"
y un "talero" en las zarpas de su padre.

"-Haga de cuenta siempre, qu'ha echao réises
el pies que pone junto al pies del otro;
y no haga un paso atrás'unque lo apuren,
porque, más vale m'hijo, ¡que lo achuren!
antes que digan que sedió 'e miedoso".

"Si le amagan abajo, ¡cuide arriba!
Se le amagan al tuso, ¡cuide abajo!
y que nunca el coraje lo sofoque
se le toc'aguantar el primer tajo,
ni brinde la muñeca de barato,
no sea qu'en la primera lo desoquen".

"¡No ech'el cuerpo p'atrás qu'eso es de flojos,
ni se fij'en la mano del contrario,
mire que l'intensión del arversario,
más qu'en el braso, m'hijo, 'ta en los ojos".

"Güeno; ¿y'estamo? ¡cargue' y si es que puede,
hache sin miedo y sin andar con lástima;
haga de cuenta que no soy su tata,
sino un gaucho entrañudo que l'ofiende".
.........................................

"¡Aj! ¡lindo, m'hijo, lindo; es de mi cría!
mi ha cortao; ¡poyo 'e lay! ¡veng'un abraso!
se m'iba hasiendo ya qu'er'amargaso,
per'hoy he cotejao que no es ansina;
y áura es suyo el potriyo 'e la madrina,
¡siempr'he querido que lo muente un guapo".

Y en verdad que a ese premio había derecho:
la diestra aventajada del alumno,
"a título de ensayo", marcó un rumbo...
¡de la boca a la oreja del maestro!

El agüelo


¿Qué le vamos a hacer?
Me basuriaron, áura que voy pa viejo;
a la edá que a los hombres no les hace
vivir un año más o un año menos
y no es cuestión de andarle mezquinando
a los ojales, cuando sobra cuero.
Risulta qu'esta tarde,
cuando volvía contento, de un arreo,
sentí que unas chirolas m'estorbaban
y me allegué al boliche "Del Recreo"
-no diré pa tomar, porque no tomo-,
pero m´hija, usted sabe, soy agüelo,
y no quise venirme pa las casas
sin tráirle golosinas a mi nieto.
Dentré y pedí, sin repara en naides:
"Me da unos caramelos,
treinta de aquellos que parecen guindas
y veinte d'esos..."
De una mesa de truco medio al fondo
sentí que se me rieron,
y una voz que conozco hasta dormido,
porqu'es aquella que mintió tan fiero,
me revolvió la entraña preguntando:
"-¿Así que son pal nieto?"
Y me volvió a cargar:
"- Y la Ramona
sigue linda, nomás? Le dá recuerdos,
y dígale que espere sentadita
si cré que yo vi a dir a casamiento".
Yo tuve tentación de atropellarlo
y matarlo a lo perro;
ya que ni ansina pagaría la cuenta
que te quedó debiendo de hace tiempo.
Pero pensé que te dejaba sola,
qu'eras muy poco pa cuidarlo al nieto,
y juntando valor pa ser cobarde,
dejé que piensen que le tuve miedo
y agarré los paquetes y me vine.
..................................
¡Nieto! venga pa acá:
¡sus caramelos!

Perdoname



Ya van pa varios años
dende la última vez que vine a verte;
pero hoy vengo a pedirte perdón por la demora,
y a echarte un reso como lo he hecho siempre.

Porque el que es un güen hijo nunca olvida
a la aurora e sus días... y si está muerta,
siempre tiene a flor 'e labio una plegaria
y una lágrima e ricuerdo para eya.

¿Que yo anduve mucho tiempo ausente?
Es cierto: es que anduve de conchabo...
Pa ganarme unos riales pa Juliana...
Y pal gurí que andaba medio malo...

Pero el gurí sanó gracias a Dios
y yo a juerza e trabajar, me hice un pesito;
y aura mama... pa estar más cerca suyo,
aquí a dos pasos me compré un campito.

Levanté un rancho querendón sobre la loma
con la ventana que apunta pa este lao,
pa ver dende que sale el sol hasta que muere,
este pedazo'e campo que pa mí es sagrao.

Y aquí te e tráido a la Juliana y al gurí
el que a sacar estos yuyos nos ayuda;
y... sabís lo qu'está diciendo? Oílo mama,
que aura semos tres, pa cuidar tu sepultura.

Celos


Lindo rancho que tenés
la mosa más beya y guapa,
que su amor se te delata
y seloso me ponés...
tus paredes quiero ser
pa ser por eya pintao;
ventana, piso o techao
pa gosar de su querer;
ni aunque juera un yuyo fiel
pa que me pise su pié.

Quisiera ser tu cosina
pa estar siempre querendón;
o también, mesmo jogón
porque el juego me calsina;
puedo ser tu comedor,
tan lindaso y dentrador...
o mesmo, tu dormitorio,
qu'es tu lugar mejor...
¡Así vas a mi velorio
por haber muerto de amor!...

¡Tuito lo que tengo!





Escriba, m'hijo, usté que sabe de eso,
lo que le viá decir -Hágalo grande,
bien clarito... perdone que lo mande,
pero antes moje el lápiz con un beso.

¿Sabe lo que es un beso? Marca e fuego
propiedá del querer de cada cual,
juramento de amor, firma legal
que al pie de la verdá se pone luego.

¿Se cré que, por ser sencilla
la forma como se dá,
se pone en cualquier mejilla,
si con él no desensilla
tuita la sinceridá?

Si usté no lo siente ansina,
tire el lápiz al fogón,
pa no dejarme la espina
que la escretura fue indina
del hijo de éste varón.

¡Aura sí que lo creo de mi raza,
¡aura sí puedo hablar pa que lo escriba!:
Ya tengo dos testigos: -Dios arriba
y un güen cristiano aquí, que honra mi casa.

"Ese ritrato es mama; allí va a estar
como una virgen pa tuita mi vida.
Esta vivienda nunca ha e ser vendida
mientras mi mama esté". ¡Puede firmar!
......................................

Viá llevarle, a la muerta, este consuelo!
Déme la mano, m´hijo, y hasta el cielo.

martes, 16 de junio de 2009

Un mozo bien.



Un joven de gran honor
por ser de familia..., "bien",
a la Estancia del Edén
fue por órden de un doctor,
para curarse un dolor
que tenía en el frontal.
¡Qué mozo tan celestial!
¡tan delicado! ¡tan puro!
¡qué criollo para un apuro!
¡qué sienes... para un bozal!

Llevaba cuatro cajones
con sus trajes y sus cosas,
polvos, aguas olorosas
y perfumados jabones,
cuarenta y tres pantalones,
diez levitas y también
llevaba para el Edén
un salvavida seguro.
¡Qué criollo para un apuro!
¡cómo no!... si es mozo... "bien".

En la estancia al otro día
de llegar aquél bendito,
le mostró un buen paisanito
el recado que tenía;
y con mucha algarabía
le llamó peto... al pretal,
a las caronas... el frac
y al cojinillo... felpudo...
¡Qué cuarta para un peludo!
¡Qué sienes... para un bozal!

Y en su charla la peonada
decía, mirando al pueblero:
¡qué bagual... pa un entrevero
el zaino de la manada!
No cae... la leña cargada,
te juego dos mil a cien:
y él desconfiado recién,
señores, dijo, es preciso
que no me tomen por guiso
porque soy un mozo... "bien".

Vió una trilla y asombrado
gritó... "Cuidado las coces
de tantas bestias feroces
que han puesto en este cercado".
Le llamó liebre... a un venado,
gramilla fuerte... a un trigal,
plaza desierta... a un corral
y a un carpincho... brava fiera.
¡Qué frente... pa una testera!
¡Qué sienes... para un bozal!

Presenció una hermosa hierra,
una esquila y otras cosas,
y dijo; son horrorosas
las prácticas de esta tierra!
Todo, lo que aquí se encierra
¿quién lo habrá inventado? ¿quién?
Agitada está mi sien,
jamás tanto horror he visto.
¡Qué criollos por Dios! ¡Qué Cristo!
conocerá un mozo... "bien".

No pudo comer asado
por no encontrar tenedor,
casi murió de calor
por no andar desabrigado.
A un baile que fue invitado
cayó de frac, muy formal,
y un paisano muy jovial
dijo: "No ha venido al ñudo,
delen puerta a ese coludo,
que le voy a echar un pial".

Por fin bastante aburrido
dijo: Ya basta de penas,
estas fiestas no son buenas
para un hombre bien nacido.
Doy todo por concluído
y salgo de este Belén,
me voy a tomar el tren
y llevaré en mi memoria
esta pobre y triste historia
que le pasó a un mozo... "bien".

Vago



¿Vago dijo...? Tal vez... Pero parece
que ustedes los milicos, los que mandan,
que tráin un infeliz pa echarlo al cepo
o pa despaletarlo en las estacas,
entiendan que salir a correr mundo
ni es delito pa nadie, ni es vagancia...

Dueño no tengo, ni patrón, ni china,
ni la marca de naides... Si se cuadra
ver toditos los pagos que Dios hizo,
desensillar abajo'e cualquier tala,
solito en la negrura de las noches,
sin pedir ni deberle a naides nada,
sin rumbo ni destino,
sin envidias, ni amigos, ni viarazas,
ni sonceras de guapos, sin orgullos
que a veces son la costra de los maulas
sólo pa hacerse guapos,
sólo pa ver que mandan,
¡me prienden como a un perro, en el boliche
y me atracan al código sin lástimas...!

Aura me salen con la cuenta'e vago
porque con juerza le metí a la caña
pa agarrarme un peludo de esos gordos
que dispués no se sacan ni con cuarta!

Yo quisiera saber que hace un milico
pa ganarse la vida con la lata,
embretao en su poncho de bayeta
y enhorquetao en el matungo patria!

lunes, 15 de junio de 2009

Retobos


¡Yo no quiero que me hablen de tristezas!
¡La tristeza es un daño que me mata!
¡Yo quiero oir el trino del boyero
q'entre los ceibos sus amores canta,
y no el lúgubre aullido de las penas
clavando sus lloronas en el alma!

¡Yo quiero flores, alegría, luces,
y arrullos de calandria!
.................

¡Q'el patrón lo ha retao? ¡Que se retobe!
¡Es ancha la campaña!
Con plantarle las pilchas al sotreta
y alzar tuitas las garras...
¡No ha'e faltar un churrasco en ningún lao,
como no falta nunca una guitarra,
con que espantar las penas que se vienen
a hacer nido en el alma!

Y en lo pior...¿pa qué diablo se precisa
el facón afilao? ¡La pata ancha
se hace ande quiera... y si joroban mucho,
en cuero ajeno se le busca vaina!

El revolve del gaucho y el del rico
son de una mesma marca:
¡y no escupen más juerte porque tengan
el mango liso o la culata'e nácar!

En el monte hay abrigo... ¡Y es tan lindo
sestiar bajo los talas,
mientras que arrullan con sus dulces trinos
los pájaros que cantan...!
Y dispués que en el campo, en cualquier lao,
s'encuentra una majada
pa carniar de lo gordo, sin escrúpulos,
¡porque al fin es el rico quien lo paga!

Cuidar el parejero, que la vida
está en la ligereza de sus patas;
tener el ojo alerta... ¡y vivir libre
a punta de facón y a juerza'e bala!

Porque el gaucho es ansina: ya ha nacido
destinao a ser patria,
y sólo es libre a juerza de coraje
y echándose las penas a la espalda!
........................

Me contaba mi agüelo, de otros tiempos
en q'el gaucho peliaba por la patria,
redamando su sangre en las cuchillas
pa echar al estranjero, a punta'e lanza,
y que no bien, pa celebrar el triunfo
los clarines tocaban las dianas,
ya otro tirano pior, de los de adentro,
en el lomo del criollo se horquetaba,
haciendo el ñudo tuito el sacrificio
de los que créiban libertar la patria!
¡Y nosotros! ¿Pa qué nos atracamos
por la divisa blanca o colorada?
¡Pa servirles de estribo a los mandones,
y nada más que pa cambiar de marca!

¡El gaucho es libre sólo matreriando!
¡A punta de facón y a juerza 'e bala!
¡Con un bagual que corría más qu'el viento,
y echándose las penas a la espalda!
Me gusta galopiar por las cuchillas
aspirando del trébol la frangancia,
y meterme po'el monte, pa acostarme
a la sombra'e los talas,
mientras que arrullan su canción de amores
el sabiá y la calandria,
y perfuman el aire, dulcemente,
el arrayán, el ceibo y la albahaca.
Entonces sí, soy libre como un pájaro
que ha podido escaparse de la jaula;
y no tengo vergüenza de que corran
de mis ojos las lágrimas...
si me atropellan tuitos los pesares
ricordando a una ingrata...
¡Una chinita qu'entuavía la quiero
aunque al pensarlo se me ruempa el alma!

Pero a mí que no me hablen de tristezas.
¡Yo quiero lo que alegra y lo que canta!
¡El trebolar sembrao de margaritas,
el aire libre en la campaña ancha,
el pericón, que acerca corazones,
el cielito, que vibra en la guitarra...
porque el gaucho es ansina: sólo es libre
a punta de facón y a juerza'e bala,
sin aguantar patrón que lo reprienda,
asustando, lo mesmo que luz mala...
con coraje, y riyéndose de todo,
y echándose las penas a la espalda!

Cobardías.


¡Cuánta pena junta has volcao en mi alma!
¡Cuántos sinsabores me has hecho sentir!
¡Qué cobarde has sido con quien te quería,
desalmadamente te raiste de mí!

Yo fui como perro de fiel y constante,
resinao y manso compartí tu amor,
todas mis caricias fueron pa vos sola,
yo era pa tu vida rayito de sol.

Alma, si supieras que honda amargura
dejó en mi camino tu capricho cruel...
Estas cosas grandes sólo se aprecean
cuando no se tienen, ya lo vas a ver!

En gúenas y en malas, fui tu compañero,
cuánta pena junta tuve que aguantar!...
¡Qué de juramentos mentidos me has hecho,
qué de ingratitudes, no te creí capaz!

Y, ¿con qué ventaja? Pa dirte con otro
que no es ni más hombre ni mejor que yo?...
P'andar dando güeltas com'una hoja cáida
que ni sabe p'ande un día agarró?

China floja e'cascos, has fallao tan fiero
que siento intenciones d'irte a castigar,
pero riflexiono y pienso que sola
como perdiz loca te vas a golpiar!

Puede ser que un día sepás lo que sufro
cuando me ricuerdes, porque ansina ai ser...
y recién entonces vas a darte cuenta
lo que yo he sufrido desde el día aquél.

Pucha, si pudiera sacarte e'la huella,
no acordarme nunca lo mala que sos...
Pero te has metido tanto en mi cariño,
que ya pa olvidarme... solamente Dios!

sábado, 13 de junio de 2009

Arreando sueños.


Arreando ensueños voy por la vida
rumbo a los pagos de la ilusión,
llevo cariños y desengaños,
llevo alegrías y sinsabor.

Cuando un ensueño quiere volverse
le pego el grito de: "¡Huella Buey!",
y sigue al trote, siempre adelante...
¡Yo soy tropero de buena ley!

Los desengaños, constantemente
son los más prontos para "puntiar"
mientras la dicha, siempre rebelde
para otros pagos quiere "rumbiar".

A veces salen por el camino
los perros flacos, como a morder,
pero mi tropa sigue la marcha,
si son ensueños... ¿qué van a hacer?

Por los caminos de la Esperanza
cruza el arreo... ¡Huella, Sobón!
¡Qué de ternuras se me han cansado!
¡Cuánta alegría ya se perdió!

¡Arreando ensueños, paso la vida
rumbo a los pagos de la ilusión!

miércoles, 10 de junio de 2009

¡Pájaros, a volar en libertad!


Barriendo brasas de sol
horneaba nubes la tarde,
y una ceniza caliente
volaban las garzas reales.

Puñaladas de alegría
tiraba un gurí salvaje
y cencerreaban los sapos
mientras en los timbosales
tartamudear de chicharas
-chismes de músicos leales-
maduraban las sandías
coloradas del paisaje.

Pasan de trote a galope
-por quererlo el que va encima-
cuatro cascos tamboreros
que su tarará repican.

Y un hombre enciende a rodajas...
rabia de fuerza felina
y arde en otra galopeada
con la polvareda encima...
Ya son diez llaves sus manos
abriendo sonora celda,
celda estrellada de pájaros
a los que explica en su lengua:

\\\" Salí zorzal andariego,
salí calandria costera,
buscá rumbo tordo arisco
que está naciendo una estrella;
enancátele a los vientos
Juan Soldao de las isletas,
metele ala cardenal,
puertía cabecita negra.

Vuelen todos en bandada,
salgan tuitos de la celda,
no quiero canto encerrao,
a volar, torcaza vieja.
Quiere ser libre el que es pájaro
-no tiemble doña boyera-

Quiero ver cantores libres
vuélvanse pa´la querencia
respiren vientos costeros
pero no dende una reja.
Quiero ver cantores libres
en tus cuatro rumbos tierra
porque sin la libertad
el alma del mundo está muerta.

Quiero ver cantores libres
vuélvanse pa´la querencia
respiren vientos costeros
pero no dende una reja.
Quiero ver cantores libres
en tus cuatro rumbos tierra
porque sin la libertad
el alma del mundo está muerta.


Si tenés cachorro.


En este punto se oyó
suspiro de hembra en la rueda
y a la voz de su patrón
secretiándole las cuerdas:

“Si tenés cachorro,
esperá que crezca
pa' verlo costero,
rumbeador pa' el pago,
mocobí enterito,
y esperá que cambie
su voz pa' que cante:
no hay en todo el mundo
pago como el mío,
porque hay esperanzas
en todos sus montes
y cielos, estrellas
toldando sus nidos;
porque sus zanjones
cantan cuando lloran,
lloran cuando cantan
sus rezos en indio.
No hay en todo el mundo
Pago como el mío...

Si tene´s cachorro
-Dios te lo conserve-
llevalo a tu río;
tocá su moyera
con agua fresquita
pa' darle bautismo,
y busca dos guenos
cantores del pago
y hacelos padrinos;
que ella sea calandria;
costera orgullosa
con miel en el pico,
y él, zorzal islero
payador matrero
bien sanjavierino.

Si tenés cachorro
-Dios te lo conserve-
llevalo a tu río;
tiralo de panza
por los arenales;
del pelo en las aguas
de golpe sumilo;
tumbalo de oreja
sobre las corrientes
pa' que oiga el canto indio
y hacé que su mano
s' estire a la estrella
y el ojo al lucero saliendo del nido.

Si tenés cachorro
-suerte del destino-
que sepa al hermano
mirar con cariño;
que arda en la querencia
como un trafoguero;
que sea aguay altivo
de raíz en las islas
con sombras pa' tuitos;
pa' que cuando vaya
pa' las capitales
no te lo encandile
cualquier lucerito,
pa' que no se tiente
con bailes extraños
quebrando caderas
con el hembrerío.
¡Que aprienda guitarra¡
que lleve pañuelo
de galleta al cuello;
que chamamesée
pegando alaridos;
que sea tape puro
de golpe en la boca,
costero derecho,
mocobí enterito,
de esos que al cacique
de raza dijunta
le alzaron la lanza
quebrando su punta
pa' hacer sus cuchillos.
Que firuletée
con las acordeonas;
que a "latagá" puro
se le queme el pecho;
qu' encienda de noche
su todo escondido
p' hacer un incendio
cada madrugada
y ansí, amanecido,
que se espine a lo hombre,
que suba barrancas
y robe esperanzas
pa' echarlas cantando
sobre el lomo 'el río...
Que fije pacuses;
que popée en el taco
del timbó más gaucho;
que cruce en aguada
por el Veroncito;
que trence un asiento
su mano embrujada;
que robe a l'avispa
l'azuca del pecho
de un ceibo florido,
y que entrampe nutrias
y que chifle polkas
y coma carpincho...

Si tenés cachorro,
que la carne 'e potro
le engrase el hocico;
que ase los macases;
que abra por el lomo
los sábalos gordos
alzaos en horquetas
sobre el braserío.
¡Que grite en paisano¡
Que asiente a chiflidos
las garzas ariscas,
que baile con chinas,
que torée milicos,
que a boca cerrada
llame yacareses
y que a bola de uno
les pegue en el "caique"
pa' que panza arriba
boyen en el río...

Si tenés cachorro,
con punta de lanza
marcale la frente;
con ala 'e paloma
y a miel de panales
cruzale la boca
los oídos y el pecho
diciéndole: hijo mío
doblá la rodilla
de frente a tu río;
rezá con tu padre
la oración costera
de los pagos indios;
juro ser un tape
de los de alarido;
juro ser un ceibo
pal manso conmigo;
juro ser arroyo
pa' canoa en apuros,
tigre pal contrario;
zorzal pal amigo,
y entrar a la muerte
como entré a la vida:
de vincha y de lanza,
bien sanjavierino...

Dios te lo conserve
si tenés cachorro,
porque es una suerte
vivir florecido...!

lunes, 1 de junio de 2009

El ciego



Hase ya unos días, dispués de la siesta,
con un tío viejo, que hase muncho es siego,
a la sombra 'el rancho tábamos matiando,
cuando, pa'l camino, ladró juert'el perro.

Paramos la oreja. En la calma 'el campo
redobló un galope.
Jué viniendo ansina, cada ves más serca,
el mesmo redoble.

Largué juerte al aire el laso di un grito
que pialó a mi perro.
Y un amigo mío, qu'era el que venía,
boliando la pata se dió contra el suelo.

Abrasos, saludos, y güelt'a sentarse;
comensamos tuitos a elogiar el pingo:
-Dios se lo conserve!- ¡Si es una pintura!
¡Qué cabayo lindo!

Dispasio alsó el siego su cabesa vieja,
y dijo: ¡Qué lindo! ¡Qué lindo y qué gordo!
Y un silencio estraño nos serró la boca,
como presintiendo de algo triste y hondo.

Uno 'e mis gurises le pregunta: - Tío,
si usté a sus dos ojos los perdió hase años,
y hase tanto es siego, ¿cómo sab'entonses
que a más de ser lindo es gordo el cabayo?

Sonriyós'el viejo de un modo tan triste
que hasta paresía que aqueyo era un yanto;
alsó más al sielo sus ojos vasidos,
y hablando dispasio, le dijo al muchacho:

¿Quién es que te ha dicho que yo juera siego?
Yo veo más lindo que ustedes, muchacho.
Los ojos del cuerpo, pa mí, no se han muerto;
se han serrao, tan sólo, hase munchos años.

Pero en cambio, tengo los ojos del alma,
y de la esperensia, abiertos en l'hondo.
Aura, en este caso, vieron qu'el cabayo
pa ser lindo, ¡lindo! tenía qu'estar gordo!

¡Si muy bien yo veo!... cuando estos dos ojos,
al venir la noche trancaron sus puertas,
guardaron adentro las vistas del día;
¡di un día yenito de glorias inmensas!...

¡Nada veo fiero! Mi rancho,nuevito,
como aquel entonses, ansina lo veo.
Mi china, lo mesmo; jovensita y linda
yo dejé de verla al quedarme siego...

¡La tropiya di años que ha pasao d'entonses!...
Pero siempre ansina la veo, ¡lo mesmo!
Pa mí, siempr'es joven! Pa mí, siempr'es linda!
¡Pué que sea por eso que ansina la quiero!

¡Mis hijos!... cuando eran muy chicos,
gurises, mimosos, ¡yo dejé de verlos!
Y ansina los miran los ojos del alma
que tengo ay'adentro, grandotes di abiertos!...

Eyos, aura mosos, munchas veses dicen:
¡Pobresito tata! ¡Qué hombre tan güeno!
Nos quiere y nos mima como cuando chicos;
¡lástima 'e ser siego!...

A veses mi china me dise:
Y es ansina mesmo!... P'al que tiene ojos,
tuito s'envejese!, tuito se cambea!...
Pa mí, como el día que dejé de verlo,
tuito está lo mesmo, sea lo que sea...

Sosegáte, viejo; ya se nos ju'el tiempo!...
¡Entonces... ¡Dejuro!... Pero, bah... ¡no es nada!
Mejor que me caye, ¡ya va largo esto!...

Se arrugó su cara como pa sonreirse;
sus ojos, abiertos, s'enyenaron di agua,
que bajó, corriendo, por aquellas arrugas
de risa o de yanto, muriendo en su barba.

Ya naides miraba al cabayo lindo...
Como dijo el siego: ¡Tan lindo y tan gordo!
Un pesao silencio cayó sobre tuitos,
com'un poncho 'e plomo!


Vengansa


No tantiés el cuchiyo. Yo no vengo a peliarte.
Tan muy flojas mis tabas pa esos bailes, caracho.
Una tunda'e palabras via encajarte'n el alma,
d'esas tandas que duelen muncho más que los tajos.
¿Carculaste dejuro qu'este viejo tembleque,
cegatón y cacunda, despulpao por los años,
basuriao po'el corcovo de l'achura yorona
no tendría ni juersas pa salir de su rancho?
¿O te créiste que pudo la garuga del tiempo
sancocharme'n el pecho lo que tengo'e cristiano,
y qu'el único afeto qu'enyenaba mi vida
ya pa mi no valía lo que un pucho'e cigarro?
¡Enquivoco machaso! La osamenta caduca,
pero l'alma más duele cuanti más lo sobamos;
y el dolor de los viejos, mesmo qu'el coroniya,
es más duro y más juerte cuando tiene más años.
No temblés d'ese modo ni me mirés ansina.
Escuháme sin ñervos. ¿No decís que sos macho?
El temblor y los sustos pa las hembras se han hecho.
¿Cuándo has visto al pampero julepiar un lapacho?
Escucháme sin ñervos. No agachés la cabesa.
¡Si no vengo a pedirte que golvás a mi rancho!
¡Si la pobre de m'hija ya de vos no precisa!
¡Hace un mes que la pena la yevó al camposanto!
Dende aqueya mañana que me dijo tuitito
y entuavía, po'el perverso, resó al cielo un rosario,
se jué diendo lo mesmo que una vela'e sebo,
y en la tierra, pa siempre, aura'stá descansando.
Y era juerte y sanita. ¡Si parece mentira!
Y era güena y alegre. Se alumbraba mi rancho
con la lus que manaba de sus ojos grandotes,
que más bien paresían estreyones machasos.
Y era linda su boca, siempre yenita'e risa,
y su mano era cumba pa cebarme'l amargo.
Me parece sentirla prosiar con sus calandrias,
y regar sus malvones y jugar con el gato.
Dende que la he perdido m'he quedao tan solito...
Siento ya com'un frío que me yela el tutano.
Agatas tengo juersas pa dir al cementerio
y resar por su almita, pa que no ande penando.
¡Y juiste vos, mal gaucho, que mataste a m'hija!
¡Lo mesmito qu'el tordo te colaste a mi rancho,
y dispués d'engañarla, sin respeto a mis canas,
juiste a contar tu hazaña por los ranchos del pago!
Yo aura vengo a desirte que pensés lo que has hecho.
Cuando el campo'e la vida se t'enyene de años,
Dios ha'e darte una hija como a mí, linda y güena,
que redame a puñaos l'alegría en tu rancho.
¡Y ha'e yegar otro tordo desmadrao y sin alma
a robart'ese afeto y a dejarte penando!
¡Y has de saber entonce'como es el sufrimiento
que me aruña en el pecho mientras t'estoy hablando!
No tantiés el cuchillo. Yo no vengo a peliarte.
¡Si no tengo ni juersas pa pegar un mangaso!
Solo vengo a desirte, pa que un día te acuerdes,
¡que hace un mes que la pena la yevó al composanto!